14.9.11

CUANDO AL FIN PASAMOS POR EL OJO DE UNA AGUJA




Cuando al fin pasamos
por el ojo de una aguja
nos quedamos mirando
el río, como
un pequeño hueso
en mitad de la noche.

Y nuestras pupilas
se iban alejando de
nosotros.

Y ya nunca regresaron.



Texto: Juan Bello 
Imagen: Sonia Marpez

1 comentario:

Anónimo dijo...

el rio, como un peuqeño hueso.
en mitad de la noche.

esto está pero que muy bien!