Tu piel es el ruido del tráfico
y volvemos en la tarde por una acera huesuda
mientras miras los postes eléctricos
y los pájaros de asfalto apoyados en los cables,
el mar es un puñado de monedas
que suenan como limosna
y tú quieres llenar tus manos de agua
para calmar la sed
pero el tiempo nos ata una soga al cuello
y debemos regresar o pronto nos quedaremos solos.
Texto: Juan Bello
1 comentario:
ayer te vi bebiendo agua de ese mar de asfalto. Y entonces todo se fue ;)
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