como unos pendientes de plata,
dejando que el mar se enrolle
en nuestros pies más azules
y el sol ardiendo en las cortinas,
esa vieja canción del verano
en la voz de los marineros,
soltando amarras,
el barco cada vez más pequeño
y tú volviendo con la sombra
del agua prendida de tus dedos.
Texto: Juan Bello
Fotografía: Cris Domercq
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