Se precipita ferozmente como la lluvia
la ciudad. La tragedia, esa rutina
convertida en verbo o en columna
vertebral. De nuestras ruinas alguien
concebirá un fuego que le ofrezca calor
y sangre en la dura noche sin techo.
Nuestra soledad también podría ser
refugio o avenida. Pero no sabremos,
porque nuestras necesidades son
el mar, un bosque, arena
que acumulada doblará un desierto.
Imagen: Sonia Marpez
1 comentario:
Es usted un poeta maravilloso.
-Flowers-
Publicar un comentario