13.3.13

CONOCÍ A RIMBAUD EN UNA ESTACIÓN DE TREN


Conocí a Rimbaud
en una estación de tren.

En su hatillo llevaba un arcoíris

de agua, tres bombillas llenas de peces
y una estrella de sangre.

Dijo que iba al desierto de Harar

para vender hombres de barro
a cambio de lunas de bronce.

Yo no iba a ninguna parte.

Muchas veces las estaciones de tren son

callejones sin salida.


Fotografía: Cris Domercq
Texto: Juan Bello

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